jueves, 8 de abril de 2010

In memorian

Ghetto Corp. por fin trata un tema complejo, al margen de modas y de más chorradas varias. Ya era hora de que la dirección de KOLEKTIBOa tomara buena nota de las sugerencias vertidas en nuestras reuniones “skypeanas” por el sector mas maduro de esta aventura. ¡¡Basta ya!! De modernos y marcianos, y tratemos un tema delicado como es el de las muertes trágicas.


Partiré este viaje hacia el infinito diciendo que para los amigos, conocidos y familiares de un muerto toda muerte es trágica, por el componente de dolor emocional que lleva aparejado tal fenómeno. La muerte es el final, ya sea de un niño o de un anciano, y el ser humano es especialista en buscar salidas mentales ante una situación que descontrola el equilibrio. La mujer que deja huérfano a su hijo en un accidente de trafico, el aita que no vuelve del trabajo a su casa, el hermano que se mata por ir muy rápido, el nieto que no despierta del sueño alucinógeno y un montón más de muertes trágicas. Estas muertes las denominare como normales, sobre todo, porque no suelen salir ni en los medios.

Tal vez por mi edad o mis condiciones ideológicas, o vete tu a saber por qué, (eso que me lo diga algún miembro del staff de KOLEKTIBOa que sabe de estas cosas), pero para mi, la muerte trágica tiene dos nombres propios. Franco y Carrero Blanco.

¿Por qué no se murió Franco un poco antes? Dado que en este país poca gente movió realmente un dedo en contra de este fulano-dictador, es una tragedia histórica que su muerte fuera por causas naturales. Distinto destino tuvo su caballero andante Carrero Blanco, este si que murió porque alguien movió un dedo. Y la prensa del lugar y hora la catalogaron como una muerte trágica. ¡¡Bendita muerte trágica!!

Y es que en verdad fueron dos muertes celebradas en su momento y sin embargo no tuvieron un juicio, ni penal ni publico por parte de las autoridades oficiales, ni del carrete fotográfico ni de la cámara digital.
En este país que dicen que vivimos todos, ensalzan la constitución del 78 y a la transición como agua bendita. Tal vez hayan olvidado que antes de esa fecha también hay historia con verdugos y victimas, muchas victimas, también hay constituciones liberales y conservadoras. Fíjese querido lector que hay hasta leyes forales, y un largo etc que todos conocemos ya.

Los argumentos arriba mencionados son los que envuelven a estas dos muertes en un hilo de tragedia. Ya que dejaron a todo un “país”, como si al animal atacado por un león, le salvan del león, pero le dejan sangrando sobre la arena reseca.
Eso en el mundo moderno se llama fuerzas de paz.

¡¡Bendita muerte trágica!!



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