
Un día te levantas hecha una mierda y pensando que el mundo en el que vives no es para ti. Aburrida de todo el tiempo libre que te da una época de crisis coges el coche y decides que vas a dar una vuelta a ver que es lo que te encuentras, que te pone la vida por delante.
Como si saliera de una peli intuyes con el rabillo del ojo algo monstruoso. Lentamente se mueve hacia mi, por encima de mi cabeza, es enorme, puedo intuir la forma de un platillo, no me lo puedo creer, es tan increíble que mi mente no responde a estímulos. El tiempo se a congelado. Me he quedado paralizada. No se oye ni un solo ruido, solo oigo el sonido de mi respiración. Una brisa suave mueve un poco las hojas de los árboles, nadie a mi alrededor parece darse de cuenta del escalofrío que recorre mi cuerpo ni de la presencia monstruosa que tengo delante de mi.
En medio segundo de regreso a la realidad me doy cuenta de algo interesante, un helipuerto en el hospital de cruces.
Pero me cabe pensar que hay muchos edificios por Euskadi, quizá por el mundo que parecen ser otra cosa, algo que bien podría ser creado en otro planeta en otros mundos y que se han construido en el nuestro hacíendonos ver que son otra cosa. Parecen estar camuflados a al espera de que puedan ser utilizados o destinados a otras funciones.
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